Domingo 23 de Septiembre 2007.

 

Madrugue mucho para llegar a encontrarme con mis hermanos del ministerio, en un lugar específico del centro de la ciudad de Heredia, donde nos veríamos para ir rumbo a la Reforma, centro penitenciario de varones, en el ámbito D. Al llegar al lugar tuvimos que hacer una fila muy pesada pues hay que lidiar con mucha gente del mundo, mujeres prostitutas, drogadictos, gente q habla unas mal y que muchos de ellos incluso inducen al familiar o amigo privado de libertad al vicio, proveyéndoles de droga, la cual pasan en forma muy cautelosa.

Luego entregamos la cédula o carné de identidad, donde uno da el nombre de la persona q va a visitar, esto es solo un método para entrar, porque en realidad no vamos a ver a una persona en particular, sino a evangelizar a todos los que Dios nos permita. Nos sellan el brazo y luego ya adentro, en otra sección hay que hacer otra fila tediosa para que a uno lo revise (lo requise) una mujer. Ahí es donde yo oro siempre para que la Gracia poderosa de Dios este sobre nuestro grupo, y nuestros cuerpos no sean mancillados. Después de pasar una exhaustiva revisión de cuerpo y bolsos con las pertenencias que llevamos, seguimos caminando unos 200 metros por una calle donde hay una malla y unos policías que cuidan el paso. Ya aquí se entra a la sección del ámbito D de mínima seguridad. Ahí nos esperan los hermanos cristianos que siendo presos llevan la obra bendita de Dios dentro del penal.  

Nos sentamos y compartimos nuestra experiencia al entrar y algunas cosas del Ministerio y la obra. El hermano Pastor Albin Picado, (anteriormente uno de los hombres mas buscados de Costa Rica) con su guitarra en la mano nos da la bienvenida y canta unas alabanzas a Dios. Permanecemos unos minutos en ese lugar y luego de tomar aire y agua iniciamos con una oración y emprendemos ahora si, a hacer lo que vinimos a hacer: evangelizar. ¡GLORIA A DIOS! Porque aunque estamos empezando ya nuestros pies están cansaditos de tanto hacer filas y eso que aún no hemos empezado la obra jajajaja.

 

Hay una calle ancha y a los lados están unas bancas con sus respectivos toldos que son como los lugares que a algunos presos se les permite tener para que salgan a este lugar y resiban a los suyos en el tiempo de visita, o también para que vendan algunos objetos que ellos mismos hacen.

Repartimos tratados evangelizando y vemos al Espíritu Santo moviéndose y empiezan a convertirse al Señor los primeros “escogidos”. En cierto punto estratégico (son siete)nos detenemos a orar y llegamos hasta otro punto donde esta la entrada ya a las celdas, Hay continuamos caminando y evangelizando dándole la vuelta a todo el pabellón. No sin antes entrar a un sector de las celdas donde nos cuentan y nos enseñan el estado en que viven.

 

 

 

Unos olores nauseabundos salen de cada celda, orines mezclados con otros olores y un sentimiento de pesadez inunda el lugar.

En cierto lugar me detuve a hablarle a una mujer que estaba en uno de los recintos que ellos mismos hacen afuera (para tiempo de visita) con colchas y tolditos y un colchón en el suelo. Estuve predicándole a una señora que era esposa de un preso. Cuando salí de ahí el hermano privado que me acompañaba me dijo que yo no tenia idea en donde me metí. Al preguntarle no me quiso decir pero sí se los decía a los demás hermanos privados de libertad y ellos me miraban impresionados y decían: ¡Ahhh Nooo!! 

No se donde seria que me metí, pero Dios si. Ya luego, en voz baja me dijeron que me había estado predicándole a la esposa de un satanista y ese era su campo. Él llegó, se asomo y se echo una sonrisa, yo lo vi, solo q no sabia quien era. Pero la palabra quedó en ese lugar. Amen.

Hacemos las paradas en los otros lugares estratégicos hasta llegar al punto final: La Iglesia, que en realidad no es una iglesia de 4 paredes sino mas bien  un sitio destapado que tiene de techo un toldo y queda al aire libre.

Es allí donde tomamos aire de nuevo, un sorbo de agua y en 15 minutos empezamos el culto que dura aproximadamente una hora. Hoy vimos llegar a algunos de los nuevos que les habíamos predicado en el camino y otros tantos que sumaban unas 40 personas, pero a los lados se pueden observar como hay algunos que por temor a acercarse, reciben el mensaje de lejos.

Para terminar llego un hermano con su cuerpo lleno de marcas de quemaduras, contó como Dios lo libro hace 8 meses atrás de morir quemado, pues unos hombres lo metieron en un estañón de basura, le rociaron gasolina y le prendieron fuego. De ahí lo saco el Señor para que hoy sea testimonio de lo que Dios esta haciendo en él.

Bueno, el culto terminó en gran bendición.

Luego de despedirnos de algunos hermanos retornamos a la parte de afuera de las celdas, nuestro punto de llegada, que es donde compartimos alimentos y vivencias hasta que ciertos policías nos anuncian la hora de retirarnos.