Viviendo por la fe -Testimonio
Es común preguntarle a los hermanos de la iglesia si tienen fe y escuchar a la gran mayoría contestar positivamente. Pero aún los mismos hermanos que tienen tiempo ya de congregarse se encuentran fluctuando en esta pregunta.
La fe es un asunto de convicción. No pienso que sea una revelación pues la palabra de Dios dice: “La fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” Romanos 10: 17
O sea que la misma palabra me enseña a tener fe, pues en ella encuentro a grandes hombres como Abrahán (el padre de la fe) que creyó esperanza contra esperanza.
En el tiempo que tengo de haber entregado mi vida a Dios he sido testigo de grandes milagros por medio de la fe. Es por esta razón que hablo con la autoridad de Cristo sobre este tema, porque he sabido superar muchas pruebas por medio de la fe.
Mi testimonio:
Una mañana del año 2004 estaba arreglándole un pulso a mi hija con un cuchillo y por un error que cometí al tratar de cerrarlo con los dientes, me lacere la cornea del ojo izquierdo con el mismo cuchillo. El dolor fue tan grande que creí haberme vaciado el ojo. Inmediatamente salí de emergencias al hospital mas cercano en donde un cirujano me envió de emergencia para el hospital de la capital directamente con un cirujano oftalmólogo. El dolor no cedía por lo cual me inyectaron en varias ocasiones. El dictamen: laceración al nivel de la cornea. Se me anestesió y vendó el ojo y me dijeron que debía volver para verificar si debían operar. Pero el medico fue muy directo al decirme que quedaría viendo una imagen doble porque la cortadura no solo había sido en la cornea sino también el cristalino y la pupila. Aunque no entendí en ese momento porque no me dejaron internada de una sola vez, me fui para la casa aun sintiendo un dolor profundo ya no solo en mi ojo, sino en la mitad de mi cara.
Pero en mi mente rondaban las palabras:
“Es para la gloria de Dios”- “Es para la gloria de Dios”- “Es para la gloria de Dios”
Aún sin entender porque Dios permitía que yo perdiera mi visión de un ojo, seguía dándole vuelta a esas palabras dadas en el Nuevo Testamento cuando Lázaro murió.
Ya en mi casa, esa misma noche, tome una actitud que cambio todas las expectativas. No podía dormir por el dolor y me levante a orar declarándole a Satanás que no podría tocar mi ojo y cancelé toda palabra salida de la boca del doctor y dije: “Lo único doble que voy a ver es doble bendición, doble prosperidad, doble unción y confesé todo lo doble que vería. Así estuve orando como 45 minutos cancelando toda ataque en contra de mi vida pero sobre todo Alabando a Dios.
En un momento una unción fresca recorrió todo mi cuerpo desde la cabeza hasta los pies. Era como si un bálsamo fresco se hubiese derramado arriba de mí.
Inmediatamente el dolor tan fuerte que tenía se fue completamente y yo empecé a llorar agradeciendo a Dios por el milagro.
La laceración que tenía en el ojo DESAPARECIO. Ese fue uno de los milagros hechos en mi vida en los que he podido ser testigo del poder de Dios.
Si me preguntan sobre la fe yo diría como dice la palabra: “Sin fe es imposible agradar a Dios” Hebreos 11:6
Es necesario ser un creyente con fe. Los milagros suceden aún hoy en día. He sido sanada de cáncer, apendicitis y otras cosas en donde todos han sido milagros instantáneos. Los médicos no encuentran explicación, pero para los creemos en Dios sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a un bien.
Ármese de fe en todo tiempo y vera el poder de Dios actuar en su vida.
Nuria Moraga Paniagua
Min. Evangelismo Punta de Lanza a las Naciones
Heredia, Costa Rica
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